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Un mejor paso a paso para crecer y envejecer

¿Se ha dado cuenta de que muchas veces nos decimos a nosotros mismos: “¿Si hubiera hecho esto o aquello, estaría mejor hoy?”.

El estado de salud de cada persona que está leyendo esta nota se debe, en buena medida, a la forma como vivió su vida hace unos años: a sus hábitos de sueño, de alimentación y de movimiento; a si descuidó alguna enfermedad o padecimiento.

En la mayoría de los casos, la salud que goza o la enfermedad que padece hoy cada quien es producto de cómo vivió ayer, y el estado de salud o las enfermedades de mañana serán fruto de su modo de vida actual. Como bien lo dijo el filósofo y antropólogo alemán Ludwig Feuerbach, “Somos lo que comemos”, y Buda: “Somos el resultado de nuestros pensamientos”.

Por supuesto, hay enfermedades que son hereditarias, o fruto de un accidente, o de hechos fuera de control, pero, en la mayoría de los casos, es la forma en la que vive la gente en su juventud la que construye su condición física y mental para cuando es adulto.

Imaginemos a un hombre de 65 años al que atienden en el servicio de Urgencias del hospital por un infarto. Al preguntarnos cómo llegó esta persona a una situación tan grave, las respuestas son varias: el señor mide 1,70 metros y pesa 90 kilos, es decir, tiene entre 20 y 25 kilogramos de sobrepeso, probablemente por sus hábitos alimenticios: exceso de harinas, grasas y alcohol. Asimismo, por su sedentarismo (mucha televisión, poco ejercicio) y, en consecuencia, problemas de colesterol alto, hipertensión arterial y, quizá, diabetes. Con seguridad, a sus 30 años jugaba fútbol los sábados, corría mucho y bailaba en las fiestas sin descanso.

Muchos se sentirán identificados con este señor y, así como él, encontramos cientos de personas con problemas para caminar hoy porque hace unos años no cuidaron sus rodillas, o con cáncer porque nunca se hicieron los exámenes preventivos, o con serios problemas dentales porque descuidaron su salud oral.

Nuestro mensaje es: si hoy es joven y quiere llegar a la adultez sano, lleno de energía, productivo y feliz, empiece desde ya a cuidarse para lograr sus objetivos. Aunque suene repetitivo, los hábitos son simples: ingiera comidas más sanas, haga ejercicio de forma regular, duerma el tiempo requerido para recuperar energía, limite la ingesta de licor y evite por completo el cigarrillo y las drogas ilegales; vaya al médico y practíquese los exámenes de control; haga otras actividades fuera del trabajo, enriquezca sus relaciones y cultive un hobby.

La población más longeva y sana del mundo vive en Okinawa, Japón. Según estudios, su salud física y mental es producto de una combinación de buenas prácticas: se ejercitan constantemente, buscan tener un propósito de vida, no comen de más, las frutas y las verduras abundan en su dieta, cuidan de su familia, tienen buenos amigos, beben poco licor, ingieren más pescados que carnes rojas y prestan atención a su salud.

Recuerde: la vejez se cultiva.

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