Que no le pase lo de Esperanza

Esperanza se encuentra en un tratamiento especializado con ginecología y requiere unos exámenes diagnósticos de alta complejidad. No ha sido posible para ella conseguir la cita con el prestador del servicio, por lo que acude a su amigo Clemente, un compañero de su área en Ecopetrol. Dicen que con él es fácil gestionar el tema porque tiene “sus contactos”.

Esperanza decide mandarle el correo a Clemente con varios adjuntos, entre ellos exámenes de laboratorio que se practicó, un dictamen del ginecólogo con la información clínica de su patología y varios antecedentes de su historia clínica.

Su amigo decide remitir toda esa información por correo electrónico a la Coordinación de Salud de la región en la que trabaja, con copia al gerente, al vicepresidente, a otros compañeros del área y a algunas asociaciones de usuarios y entes de control interno y externo a la organización, entre otros.

A alguno de sus compañeros le pareció que podía ser útil publicar la información clínica por el grupo de WhatsApp del área y por Facebook, para viralizar el contenido en redes y ayudar a su compañera.

Al día siguiente, cuando Esperanza llegó a la oficina, varios de sus compañeros la recibieron con preguntas y comentarios del tipo: “¿Cómo sigues?, ¿Cómo te has sentido después de que te practicaron ese procedimiento?, ¿Oye, no tenía ni idea que ya no podías tener hijos?”. “Imagínate que una amiga también tuvo esa enfermedad y se murió”. “Para eso no hay tratamiento. Yo te puedo recomendar un especialista para que te trate con terapias alternativas”. “Ese examen que te ordenaron es súper doloroso, a mi mamá se lo hicieron”.

Sorprendida, Esperanza no entendía en qué momento sus compañeros se enteraron de su estado de salud, cuando ella solo la había compartido con su amigo Clemente.

Esta situación es más común de lo que se puede creer. A diario, las personas compartimos información sensible, sin tener presentes las consecuencias. Cada uno es responsable de cuidar su propia información, más aún cuando se trata de la historia clínica.

Según las normas en materia de ética médica, la historia clínica es un documento privado sometido a reserva, que únicamente puede ser conocido por terceros previa autorización del paciente o en los casos previstos en la ley.

La Resolución 1995 de 1999, por la cual se dictan normas para el manejo de la historia clínica, señala en el artículo 14 que podrán acceder a la información contenida en la historia clínica:

1.  El paciente
2.  El equipo de salud
3.  Las autoridades judiciales y de salud en los casos previstos en la ley.
4. Las demás personas determinadas en la ley.

El Servicio de Salud de Ecopetrol garantiza la reserva de la historia clínica de sus beneficiarios, y estos tienen la responsabilidad y la obligación de ayudar a preservar este expediente cuidando sus registros clínicos, manteniéndolos custodiados y entregándolos únicamente al equipo de salud, que los utilizará de forma responsable para cuidar, tratar y recuperar la salud del paciente.

Utilice los canales formales dispuestos por Ecopetrol para atender y gestionar sus solicitudes, trámites, peticiones, quejas y reclamos. Es muy importante que comparta únicamente copias de su historia clínica, exámenes, resultados, etc. solo con los profesionales de la salud. Las dependencias de salud atenderán cuanto antes sus requerimientos, para facilitarle el acceso a los servicios o gestionar citas, exámenes, interconsultas entre otros.

Oficina virtual de salud: oficinavirtualdesalud@ecopetrol.com.co
Oficina de participación ciudadana: participacion.ciudadana@ecopetrol.com.co
Quejas y soluciones: quejasysoluciones@ecopetrol.com.co
Línea gratuita nacional (directa a salud): 01 8000 91 5556
Línea de servicio al cliente de Ecopetrol 01 8000 918418
Línea de Teleorientación: 01 8000 423894, 01 8000 189628 o en Bogotá al 601 9503061, 601 4321619