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Moda, tendencias y deseo: sus implicaciones en la salud y el bienestar

En las últimas décadas, las tendencias estéticas, influenciadas por celebridades, redes sociales y movimientos culturales, han ganado un protagonismo sin precedentes. Estos movimientos, a menudo promovidos por la industria de la moda, han aumentado la realización de ciertos procedimientos que pudieran estar relacionados con riesgos para la salud a corto o largo plazo. Aquí exploramos algunas implicaciones e impactos de ciertas tendencias estéticas. 

Tatuajes 

Son una forma de arte corporal milenaria que ha aumentado en los últimos años. Se estima que cerca del 38% de los jóvenes entre 18 y 29 años tiene, al menos, un tatuaje.  

Una de las preocupaciones es el uso de tintas que contienen metales pesados como plomo, mercurio y arsénico. Estas sustancias, que pueden ser altamente tóxicas, han estado relacionadas con reacciones alérgicas, infecciones crónicas y, en casos extremos, el desarrollo de cáncer de piel. 

Se ha descubierto que estas tintas pueden interferir con los resultados de algunas resonancias nucleares magnéticas (RNM), en la obtención de imágenes claras. Un análisis retrospectivo de casos mostró que alrededor del 30% de los pacientes con tatuajes experimentó distorsiones en las imágenes de RNM, lo que podría retrasar el diagnóstico y tratamiento de condiciones médicas graves. 

Por otro lado, el uso de tintas de colores, especialmente las que contienen pigmentos rojos, son más propensas a causar reacciones alérgicas y fotosensibilidad. Según la American Academy of Dermatology, el 5% de las personas que se tatúan con tintas de colores desarrollan alguna forma de reacción adversa, desde erupciones cutáneas hasta granulomas (masas inflamatorias en la piel).  

Expansores 

La expansión de los lóbulos de las orejas implica el uso de dilatadores o expansores para estirar gradualmente el tejido del lóbulo. Esta práctica, que tiene sus raíces en culturas indígenas, ha sido adoptada por la sociedad moderna, con un aumento considerable de casos y consecuentes complicaciones.  

El principal riesgo de la expansión de lóbulos es el desgarro del tejido, que puede ser parcial o completo. Un estudio publicado en el Journal of Plastic, Reconstructive & Aesthetic Surgery reveló que el 20% de las personas con expansores de más de 10 mm requiere cirugía para reparar el lóbulo desgarrado. 

Adicionalmente, muchas de estas cirugías no logran restaurar completamente la anatomía y función original del lóbulo, dejando cicatrices permanentes, deformidades y queloides. 

Cámaras bronceadoras 

El deseo de mantener un tono de piel bronceado durante todo el año ha llevado a un aumento en el uso de cámaras bronceadoras, dispositivos que emiten radiación ultravioleta (UV) para oscurecer la piel. La gravedad radica en los riesgos que esta práctica implica, como el cáncer de piel. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica las cámaras de bronceado como carcinógenos del Grupo 1. Esto significa que hay evidencia suficiente de su asociación con cáncer en humanos. 

Las personas que usan estas cámaras antes de los 30 años tienen hasta un 75% más de probabilidades de desarrollar melanoma y otros cánceres de piel como el carcinoma de células escamosas y el carcinoma de células basales, los cuales pueden causar desfiguraciones significativas y requerir tratamientos invasivos.  

El uso de cámaras bronceadoras también acelera el envejecimiento de la piel, que se manifiesta a través de arrugas prematuras, pérdida de elasticidad y manchas solares. 

Piercings 

Los piercings, especialmente en áreas como la lengua, los labios y los genitales, han sido populares en diversas culturas a lo largo del tiempo, pero su creciente adopción en la cultura occidental moderna ha llevado a un aumento en las complicaciones médicas asociadas.  

La perforación del tejido blando, en ambientes no estériles o sin los cuidados necesarios, puede generar infecciones locales que, en casos graves, pueden convertirse en infecciones sistémicas. Según The American Journal of Clinical Dermatology, aproximadamente el 30% de las personas con piercings experimentan complicaciones, siendo la infección la más común. Las áreas más afectadas son el cartílago de la oreja y la lengua. 

Los piercings en la lengua presentan un alto riesgo de daño en dientes y encías, además de reacciones alérgicas como dermatitis de contacto, asociada al níquel presente en el material del piercing. 

Aspectos psicológicos y sociales de estas tendencias 

Las personas que optan por estos procedimientos muchas veces lo hacen impulsados por la presión social, el deseo de participar de las tendencias actuales o la búsqueda de aceptación dentro de ciertos grupos. El Journal of Psychosomatic Research encontró que las personas que se someten a procedimientos estéticos, debido a la presión social, tienen más probabilidades de sufrir baja autoestima y arrepentimiento si enfrentan complicaciones o si la moda cambia. 

En conclusión, las tendencias estéticas pueden tener un impacto profundo en la salud física y mental de las personas. Así que, si estás pensando en un procedimiento de este tipo, ¡infórmate! Conocer los posibles riesgos y consecuencias a corto y largo plazo te permitirá tomar decisiones basadas en el conocimiento y asesoría de expertos, para evitar un daño en tu cuerpo.  

Si eres profesional de la salud y estás leyendo este artículo, asesora a tus pacientes al respecto; ayúdales a comprender los riesgos y a considerar alternativas más seguras cuando sea posible. 

 

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